El término “Passive House” es cada vez más escuchado en estos tiempos de eficiencia energética y respeto al medio ambiente. La denominación nació en Alemania en los años 80 y propone la construcción de casas que presenten un bajo consumo energético, incluso nulo. El resultado es un respeto hacia el medio ambiente y un ahorro en las facturas de energía finales. Para otorgar una certificación de Passive House se encuentra la iPHA (Internacional Passive House Association), responsable de validar tu casa ecológica. La construcción de este tipo de evento debe ser realizada por arquitectos, diseñadores, albañiles con significada experiencia en este tipo de proyectos.
Los principales requisitos para una Passive House son: un consumo para calefacción de 15 kWh/(m²a) (energía que duplica para la refrigeración), y 120 kWh anual para el uso doméstico (agua caliente, plancha, microondas, nevera, televisión…). El uso de energía primaria convencional ha de ser inferior a 120 kWh / (m²a). Las casas pasivas deben ser herméticas, con las tasas de cambio de aire limitadas a n 50 = 0.6 / h.
Por lo general se aplica a edificios de nueva construcción, pero también puede implementarse en renovar hogares antiguos. La Passive House cuenta con la efectiva calidad térmica de los materiales aislantes del edificio (paredes, ventanas y puertas). También se vale del uso de las fuentes de calor internas (dispositivos eléctricos habituales en los hogares) y a la minimización de las pérdidas de ventilación gracias a un sistema controlado con recuperación de calor.