El suelo radiante es un sistema de calefacción que consiste en la instalación de tuberías de agua caliente que circulan por debajo del suelo de nuestra vivienda. Es el sistema de calefacción que menor consumo de energía presenta y, por sus características, combina perfectamente con la energía solar térmica debido a que trabaja a muy baja temperatura y necesita un menor aporte de energía para funcionar. Se trata de una calefacción limpia, invisible y silenciosa. Está considerado como el sistema más saludable, tanto, que es recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Permite mantener una temperatura estable ya que no utiliza el aire para la transmisión de calor, por lo que no es necesario invertir energía en calentarlo. El calor llega directamente a los cuerpos sólidos -paredes, suelo, objetos y cuerpo humano-. Es sólo entonces cuando ellos reflejan el calor y lo transmiten al aire. Por esta razón, aunque este sistema trabaje con temperaturas de aire más bajas que otros sistemas convencionales, la sensación térmica es mucho más elevada. Y el ahorro de energía, de hasta un 50%.
Principales ventajas del suelo radiante
- Barato: al ser tan eficiente, necesita consumir menos energía que un sistema convencional, con el consiguiente ahorro económico.
- Confortable: no se ve, no estorba para colocar muebles o moverse por la habitación, la distribución del calor es óptima.
- Sano: no reseca el ambiente, por lo que se recomienda su instalación en hospitales, residencias de ancianos y guarderías. Otro punto que lo hace sano es que la distribución del calor es mucho más homogénea que en el caso de las radiadadores, dado que es toda la superficie del suelo la que emite el calor, y no un único punto focal. De esta manera, la parte inferior del cuerpo se mantiene siempre caliente, mientras que la cabeza no recibe directamente el calor de la calefacción.
- Limpio: para los alérgicos al polvo es ideal porque al no haber dispositivos externos, no se acumula el polvo.
- Seguro: especialmente ventajoso cuando hay niños, porque no hay aparatos con los que golpearse o quemarse.
- Eficiente: es un sistema de alta eficiencia porque no necesita que el líquido calefactor alcance temperaturas tan elevadas como los radiadores metálicos; estos últimos necesitan el agua a 70ºC, mientras que el suelo radiante sólo la necesita a 40ºC para alcanzar la misma temperatura ambiental, casi la mitad, con lo que el ahorro de combustible es considerable.
- Reversible: puede utilizarse tanto de calefacción como de refrigeración.
- Regulable: se instalan zonas independientes para poder regular la climatización en cada habitación.
- Invisible.
- No necesita mantenimiento.
- Uniforme: toda la vivienda adquiere una temperatura homogénea.