La energía solar ha venido para quedarse. Somos un país con muchas horas de sol que resultan plenamente aprovechables para conseguir una energía limpia y útil. Además de ello es la mejor alternativa para ahorrar en la factura de energía eléctrica. Cada vez más, el uso de placas solares es el método elegido para crear una casa unifamiliar que sea capaz de auto abastecerse de energía renovable, aunque también son muchas las comunidades de vecinos o empresas que optan ya por este sistema energético.
El ahorro va a depender de la manera en que seamos capaces de manejar los excedentes de la instalación solar que ubiquemos en nuestro hogar. Estos excedentes pueden ser almacenados en baterías o vertidos a la red. Aquellos que tengan un sistema antivertido instalado podrán conseguir hasta un 40%. Los precios orientativos para instalar un sistema de energía solar gira alrededor de los 300-400 € por m2 instalado, lo que nos llevará a una producción media de energía de entre 10 y 15 kWh mensuales por m2. La gran inversión realizada por las empresas del sector en investigación e innovación hace posible que en la última década los precios se hayan reducido hasta en un 80%, lo que ha convertido definitivamente a esta energía en un método viable para nuestra vivienda.
Diversos componentes influyen en el precio final de la energía fotovoltaica. Por ejemplo, el inversor solar, que será uno de los componentes más caros de la instalación, lo cual repercutirá de manera directa en la amortización. Respecto a las propias placas, el coste final de la instalación va a depender de la potencia requerida, siendo fundamental estudiar la irradiación solar que incide sobre ella a lo largo del año. Tendremos que usar más paneles cuantas menos horas de sol disfrutemos y cuanta más potencia necesitemos. También supone inversión la estructura que soporta la instalación y permite orientar los paneles proporcionando sujeción y protección ante la climatología. A ello debemos añadir un cuadro de protecciones para la instalación fotovoltaica, tanto para corriente alterna como corriente continua. Para llevar a cabo la instalación se requiere la legalización y boletín de la misma.
Realizada la instalación, comenzaremos a obtener energía de ella desde el primer día. En una vivienda con una potencia instalada de 4.6 kW y un consumo anual de 5.300 kW, obtendremos un ahorro todos los meses entre un 60-80%, lo que supone una merma en el gasto de unos 800 € al año. La duración de los paneles se cifra en 25 años (en funcionamiento óptimo), perdiendo alrededor de un 15 % transcurrido este tiempo.