El funcionamiento de las calderas y las estufas de pellets, se basa en la recuperación del calor residual de los gases que se generan con la combustión, para así calentar el agua del intercambiador de la caldera, y con ella el circuito primario de calefacción. Tanto las estufas de pellets (para el aire caliente) como las calderas de este mismo elemento (para calentar el agua) tienen un funcionamiento similar.
Puesta en marcha
La propia caldera es la que se encarga de iniciar el encendido automático e ir dosificando el combustible según la demanda térmica y la modulación, asegurando en todo momento una combustión lo más eficiente posible con el consiguiente ahorro energético. El depósito o tolva debe estar lleno de pellets para que, por medio de un canal, el combustible vaya llegando progresivamente hasta el cenicero, que se encuentra junto a la cámara de fuego. Dependiendo del modelo, este depósito será más o menos grande, lo que incide directamente en el grado de autonomía de nuestro dispositivo.
Al arrancar la estufa o caldera, una resistencia se enciende y quema los primeros pellets, pasando un chorro de aire por el cenicero. Esto hace que se enciendan los pellets rápidamente. Cuando los sensores de calor detectan que hay llama y que, por tanto, la estufa está encendida, arranca el sistema de ventilación que sacará el aire caliente hacia fuera, distribuyéndolo por la estancia.
Desde el panel de control (que puede ser analógico o digital) seleccionamos y modificamos en todo momento, los parámetros de temperatura de humos, temperatura del circuito de calefacción, temperatura consigna del termostato, y un sinfín de parámetros y programaciones para adaptar el funcionamiento de la caldera de biomasa a nuestro uso diario de la instalación.
Mantenimiento
Este tipo de equipos necesitan un mantenimiento mínimo que, como usuarios, podemos realizar sin ningún tipo de complicación: se debe limpiar el quemador al menos una vez a la semana (dependiendo del funcionamiento de nuestra caldera o estufa). Para ello podemos ayudarnos de una aspiradora, lo que conseguirá extraer cualquier residuo o resto que pueda obturar el quemador. Tras limpiar el quemador, sólo tendremos que extraer la ceniza del cajón donde se va depositando tras la combustión del pellets.
Muy Importante
Las cenizas que retiramos del cajón son un excelente abono para plantas y jardines, y además, si las utilizamos como tal, cerramos el ciclo haciendo un uso 100% ecológico de nuestra instalación.