La publicación del Real Decreto 900/2015 que regula las condiciones para el suministro y producción de energía eléctrica con autoconsumo y en la se impone el denominado “impuesto al Sol”, además de la multitud de informaciones que han ido apareciendo al respecto en prensa, han hecho que muchos consumidores se planteen, y con razón, si realmente es posible la instalación de placas solares en casa para nuestro propio consumo. Realmente la cuestión no es sólo si es posible, sino si realmente nos resultaría rentable la inversión y el mantenimiento del sistema.
La principal pega que se presenta es que si eres productor de energía eléctrica a través de tus placas solares puede que tengas que pagar por la energía que produces, además de otra serie de costes y peajes por estar utilizando la red general de suministro. Sin embargo, para determinadas categorías de consumidores de baja tensión y con potencia máxima de consumo o generación no superior a 10 kW la ley establece reducciones de peajes, cargos y costes. Es decir, estos consumidores están exentos del impuesto al Sol. Por lo tanto, sí, podemos instalar placas fotovoltaicas en nuestra vivienda y además nos puede suponer un buen ahorro en gasto energético.
¿En qué casos es aconsejable la instalación de paneles solares?
- Cuando vamos a realizar un autoconsumo aislado.
Si nuestra vivienda no tiene acceso a una red general de suministro eléctrico la utilización de placas solares fotovoltaicas es la mejor opción para disponer de energía en nuestra vivienda o explotación. Con la instalación de placas fotovoltaicas podremos obtener agua caliente, calefacción y energía eléctrica. En esto tipo de instalaciones debemos contar con baterías para almacenar la energía eléctrica producida para ser utilizada cuando no haya luz solar. Estas baterías son el elemento que más pueden encarecer una instalación de placas solares para autoconsumo aislado.
- Cuando vamos a realizar un autoconsumo en red o conectado a red.
En esta modalidad producimos energía eléctrica a través de los paneles solares instalados en nuestra vivienda (además de conseguir agua caliente y calefacción) pero seguimos conectados a la red general de suministro eléctrico. Mientras haya luz solar consumiremos la energía producida en nuestras placas, sin embargo, cuando no haya sol tiraremos del suministro de la red general. Igualmente utilizaremos nuestra conexión para abastecer a la red general la energía producida en las placas fotovoltaicas y que no consumamos en nuestra vivienda. La ventaja de este sistema es que no son necesarias baterías para almacenar el exceso de energía producida para ser utilizada en las horas del día sin radiación solar o de baja insolación. Como hemos indicado, para que sea rentable, el consumo y producción no debe de exceder los 10 kW.
¿Con las placas solares podré abastecer mis necesidades?
De promedio se estima que una vivienda familiar media tendría cubiertas sus necesidades con una instalación de entre 1,5 kWh y 2,5 kWh, por lo que no estamos dentro de los límites exentos de pagar el peaje de respaldo (“impuesto al Sol”).
Actualmente la instalación de placas fotovoltaicas en nuestra vivienda para autoconsumo es posible y además resulta una inversión rentable. Especialmente en la modalidad de autoconsumo conectado a red y siempre que nuestra instalación produzca menos de 10 kW de potencia, que está bastante por encima de las necesidades de una vivienda unifamiliar media.